ME GUSTA, NO ME GUSTA

La llegada de Guerschon Yabusele al Real Madrid, se produjo de una manera inesperada. Todo hacía indicar, que el jugador de la provincia de Dreux, volvería a la NBA tras su doble doble estadístico en Asvel Villeurbanne en puntos (11) y valoración (11). Esas cifras impresionaron a los directivos del Real Madrid que solicitaron su fichaje tras la enésima marcha de uno de sus jugadores, Usman Garuba, a la NBA. A lo que el alero francés accedió, quizás por no recibir ofertas de la NBA aceptables o también por el consejo de la estrella francesa y ahora presidente de Asvel Villeurbanne, Tony Parker. Los aficionados del Real Madrid, se volvieron locos de alegría, incluso cuando les avisaron de que el contrato de Yabusele sería de un único año y sin cláusula de salida a la NBA. Es decir, que a 30 de junio es totalmente libre para escoger equipo la temporada que viene. Algo completamente lógico, puesto el parisino quiere volver a repetir experiencia en la NBA y demostrar que su paso por Boston en 2018, no era su mejor versión. Una versión que sí está demostrando en Madrid, donde Guerschon Yabusele es el nuevo ídolo de la aficción – personalmente, diría que es el jugador revelación de la competición – promediando en Liga Endesa 12 puntos 5 rebotes y 14 de valoración y en la Euroliga 13 puntos 5 rebotes y 15 de valoración.

Y ahora, la afición madridista se debate con lo que le ocurrirá a su nuevo ídolo el año que viene. ¿Renovará o se marchará? Sólo el tiempo lo sabe, pero sirva Guerschon Yabusele como ejemplo para direccionar las posibilidades de cualquier jugador de cualquier equipo que puede debatirse en mantenerse en su equipo o buscarse mejores oportunidades en la NBA. Y me quiero centrar en el Real Madrid y en la manía del aficionado en dictaminar si un jugador vale, no vale, está identificado con el club o se consideran defraudado por el mismo. Si, conozco la exigencia de un club como el Real Madrid, donde deben estar los mejores y donde se debe competir por cada título. Pero no me convence esa inquina con los jugadores ni tampoco con los partidos perdidos. Nos hacemos daño con tanta exigencia en 90 partidos durante 10 meses. La temporada de todo un Real Madrid va a tener altibajos, siempre, y duraderos en el tiempo, nos guste o no. Por tanto, considero injusto hablar de un entrenador por ganar o perder dos o tres partidos, cuando posiblemente se revierta la situación meses después. Igualmente, que los jugadores. Es cierto que cuentan con un mínimo nivel que siempre consideramos, pero la nota final ha de ser en junio y final de temporada. Porque, ese jugador que nos ilusiona tanto por haber conseguido altas valoraciones y títulos en otros equipos, aquí quizás no encaje y aparezcan jugadores que en el pasado, nadie se esperaba.

Y partiendo del ejemplo usado con Guerschon Yabusele, ¿qué deberíamos aceptar en el mes de noviembre de una temporada de baloncesto? Si un jugador da la talla, lo que queremos es que se renueve y siga con nosotros al menos, un año más. Pero si, por el contrario, el jugador no alimenta (en noviembre) las expectativas esperadas, le abrimos la puerta y que se busque destino. Claro, entonces nos sorprendemos, cuando la NBA pregunta por nuestro mejor jugador. Y el motivo es bien claro, ha hecho una grandísima temporada y quiere brillar al otro lado del océano. Así que nos encontramos en una disyuntiva, el jugador “se sale” y tiene muchos números de marcharse a la NBA o por el contrario “no nos gusta” y empezamos a criticar su juego o estado de forma y deseamos su marcha. Ejemplos hay muchos de jugadores que han triunfado en el Real Madrid y ahora son estrellas de la NBA y jugadores que han sido MVP en Madrid y están sin minutos en la NBA. Es algo que no podemos controlar los aficionados, simplemente sentarnos y apoyar a nuestro equipo favorito valorando y poniendo notas de lo ocurrido y dando el veredicto final en el cierre de la campaña. Porque, ya lo hemos dicho, en noviembre podemos ganar o perder, pero varios meses más adelante, la cosa se puede revertir, tanto en el equipo, como en los jugadores.