NO FUTBOLICEMOS EL BALONCESTO

Escuché esta afirmación poco después del clásico de Euroliga del pasado noviembre, entre Real Madrid y FC Barcelona. Simplemente me sonreí. Primero porque el fútbol en España, ya está bastante privatizado, donde los dos grandes clubes españoles, generan más del 90% de la información futbolera de este país. Segundo, porque siempre tenemos que esperar una acción digna de un club señor y, sin embargo, te encuentras en que una afición silba y adjetiva a un jugador rival y un médico, que menta ese adjetivo para motivar al equipo ante un encuentro importante. Posteriormente, en otros partidos, la masa social provoca lanzamientos de bengalas y petardos, pero se informa de que es Grecia y allí es habitual el mal comportamiento. Pues en el último clásico, los gritos e insultos a los jugadores contrarios, se siguieron escuchando, siendo en esta ocasión en la pista contraria. Aquí justificamos y comparamos con lo que paso en la pista anterior. No nos vayamos más allá. Real Madrid y FC Barcelona han sido, son y serán siempre rivales, ya sea por temas futboleros o por temas políticos. Es normal que en Madrid silben al FC Barcelona y viceversa. El pobre Kawaii Leonard, comentaba en su día, que esperaba pitos en contra cuando viajase a Toronto para enfrentarse a su ex equipo, básicamente porque "Una afición no tiene porqué aplaudir a un rival". Esta acción es más propia del fútbol y más si calentamos cualquier clásico buscando lío fuera de lo que se puede dirimir en los 40 minutos del partido.

Creo que es lícito silbar y abuchear a un jugador que decidió cambiar de acera y jugar para tu rival. Entiendo a Nikola Mirotic, buscando lo mejor en Barcelona, pero también entiendo a la afición del Real Madrid que reciba de manera hostil a un jugador que estuvo en su cantera y le acogió con tanto cariño. Ahora bien, para nada estoy de acuerdo con el insulto y el trato vejatorio para nadie. Como tampoco considero "rata" un insulto, sin ir más lejos, es el mote que recibe el ex jugador blanco Javier García Coll entre sus compañeros y amigos. Ahora bién, el uso del adjetivo os lo dejo a vosotros. Otro tema a destacar entre el fútbol y el baloncesto, viene dado por los narradores de los partidos. Gustarán más o gustarán menos, pero son los que hay. Yo como "friki total" del baloncesto, escucho narraciones en Dazn, en Movistar + y NBA +. Todos tendremos nuestros favoritos y nuestras sugerencias. Ya os digo yo que nunca estaremos de acuerdo con mayoría absoluta. Los comentaristas vienen impuestos con el canal que emite la competición. Me sorprendió también un tuit de estos comentaristas, quejándose de los insultos recibidos por redes sociales, tras una retransmisión. Curioso, pero en ese partido también jugaba el Real Madrid. Creo que por costumbre, no va a gustar nunca una retransmisión a un espectador que ve a su equipo derrotado. Pero también empieza a ser costumbre, que los narradores incumplan la letra pequeña de su contrato al trabajar en uno u otro medio. No creo que un medio de Madrid vaya en contra del equipo de la comunidad, ni tampoco un medio de Barcelona vaya en contra de un equipo de Catalunya. El problema viene cuando te toca narrar o escribir en un medio nacional, donde tienes que contentar a todos. Y eso es justo lo que debes hacer, narrar lo que ocurre en el partido, sin afirmar gustos o decisiones acertadas o no de los equipos. Porque para dar la opinión, ya cada uno tenemos nuestras redes sociales y particularmente, debuto en este formato para eso, dar mí opinión.

Porque el baloncesto debe ser ese deporte que el aficionado siga con pasión a su equipo, vibre con las victorias y lamente las derrotas. Conocedor de que tras un partido viene otro en pocos días. No podemos esperar un Real Madrid vs Barça y buscar la llama para echar un tronco más de leña. Porque eso sí es futbolizar el baloncesto. El Madrid y el Barça quieren ganar para estar más cerca de un título y no para dejar un titular al finalizar el encuentro. Porque aunque no lo queramos ver, no puedes celebrar de igual manera un título, que una victoria en un partido de liga regular.