13-2 BALANCE NEGATIVO

Pablo Laso ha conseguido entrar en la historia del Real Madrid. Este verano cumplirá diez años como entrenador del Real Madrid y no ha dejado de ganar. Lo ha ganado todo, desde Euroligas hasta vencer a los eternos rivales. Digo esto último, porque ganar títulos en el Real Madrid parece haberse convertido en costumbre y la nueva motivación para el aficionado, viene a ser vencer a equipos rivales o con ex jugadores. Quizás el hecho de ganar todos los años, genera un sentimiento en la gente de rutina y de confianza, que parece agotar a sus aficionados y no celebrar de igual manera un título que otro. En esta pasada década, el Real Madrid ha llegado a 7 Final Four, por ninguna acreditación la década anterior. Lleva 8 finales de Liga Endesa consecutiva, cuando en los 11 años anteriores, sólo había aparecido en 4 ocasiones. Y en la Copa del Rey, ha jugado 9 de las 10 últimas finales. Resumiendo, el Real Madrid ha ganado 18 títulos en los últimos 34 torneos oficiales. Toda esta gesta ha sido un ciclo de diez años impresionante y que, curiosamente, tiene su lado negativo. No es otro, que la obsesión del aficionado de querer seguir ganando, de buscar nuevas sociedades, de opinar a cada momento y lo peor de todo, discriminar a aquellos jugadores que quizá ahora no estén dando el mejor rendimiento que se ha visto en su carrera.


Estoy cumpliendo mi quinto año como colaborador de Pobla FM y he tenido la suerte de escribir sobre varios títulos conseguidos - entre ellos, la Euroliga 2018 - del Real Madrid, pero he comprobado, como la ilusión de los aficionados con los títulos y las hazañas iban disminuyendo. Según mis estadísticas, tengo más lecturas en cualquier artículo intentando aumentar la moral de los aficionados por una pequeña mala racha, que celebrando cualquier título logrado por el Real Madrid. Puede sonar a casualidad, pero yo creo que no es así. Creo que le solemos dar más atención e interés a un mal momento deportivo o anímico, que a cualquier éxito, victoria o simplemente cualquier racha victoriosa. Esto último ha pasado esta temporada. Por diversos motivos, el Real Madrid comenzó la Euroliga con un balance de 2-3. Las críticas, como siempre, venían dadas de mala defensa y de falta o mala decisión de varios jugadores. Después de aquel bache, el Real Madrid remontó. Ganó 1,2,3..5,8,10 y hasta 13 partidos consecutivos, con la normalidad por respuesta de la masa social. Cabe recordar, que en dicha racha, salieron derrotados todos los equipos de la Euroliga, menos Bayern Múnich y Anadolu Efes, básicamente porque hasta el fin de la racha, no habían vuelto a jugar con los blancos. Los demás equipos, cayeron todos. Esa racha, de igual manera que los títulos, no se celebró.

Pero tenía claro, que en el momento en que las derrotas llegasen, las críticas volverían. Llegaron tras el clásico de Navidad y volvieron a caer tras la doble derrota madridista en Moscú de la semana pasada. Aquí teníamos que tener claro el motivo de la crítica. La falta de los jugadores lesionados y la entrada de otros que habían conseguido recuperarse para la disputa de la doble cita. Porque no podemos usar la falta de defensa, sí el CSKA Moscú te gana anotando 60 puntos y tampoco podemos usar la falta de ataque, si ante el Khimki Moscú anotas 94 puntos. Pero la crítica existe cuando las cosas no van todo lo bien que uno espera. Nos acordamos de qué hacen los demás y de aquello de lo que nosotros no disponemos. Es como tener un Iphone 6 en tiempos de Iphone X, útil pero anticuado. Y nos olvidamos de nuevo de alabar al equipo por conseguir un éxito de 13 victorias consecutivas en una Euroliga tan igualada. Ese mismo equipo que ha ganado 18 títulos en 9 años y medio, con los jugadores que están y otros que ahora brillan en Europa y en la NBA. Por tanto, puedo aceptar la crítica por un mal partido o una mala racha, pero espero la misma excelencia por una victoria o cualquier momento feliz generado en el Real Madrid. Personalmente un balance de 15-5 en cualquier competición es un síntoma para sentirse orgulloso y más si lo juntamos con el de la Liga Endesa que sube ya a un 80% de victorias. Por eso os pido que celebréis más las victorias que dramaticemos las derrotas, porque "las victorias no nos hacen sentir tan bien, como mal nos hacen sentir las derrotas".

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